Reflexiones sobre la exposición de la comitiva de Finlandia sobre su modelo educacional en la comisión de educación del Senado.
Simón Iribarren Poyanco
Hace unas semanas, un grupo de parlamentarios realizó un viaje a Finlandia a observar el sistema escolar que existe en ese país, ya que hoy es uno de los que obtiene mejores resultados educacionales a nivel mundial y como país son lideres en bienestar social. En este contexto de “interés” de nuestro país por aprender del país europeo, una comitiva de cuatro personas expuso sobre la educación finlandesa hoy en el senado para la comisión de educación, una experta en educación, dos profesores y el embajador.
Hablaron sobre la estructura del sistema, sus principios, las “claves de su éxito” y la forma en la que se llevaron los acuerdos políticos para su implementación. Fue una clase magistral sobre como cambiar el destino de un país fortaleciendo la educación, ya que como mencionó la expositora “pasamos de ser un país agrario que sufría las consecuencias de la post guerra, a una sociedad basada en el conocimiento y el desarrollo humano”. Hubo dos grandes frases que son ejemplos claros, de que no solo se necesita un cambio a nivel financiero en la educación chilena, sino que un gran cambio paradigmático y de los principios que sustentan el sistema. Una de ellas fue “nosotros vemos la inversión en educación como un ahorro”, argumentando que toda inversión que se haga en la educación de una persona, es un ahorro de lo que serían las consecuencias de una persona que no es educada con el sentido de responsabilidad social y la atención especial a las necesidades y aspiraciones de la persona (les suenan aspectos como delincuencia, violencia, desocupación, mayor dotación policial, lacrimógenas caras, etc?) y que para la educación superior y técnica, tienen una planificación que organiza las plazas que se abren con un doble objetivo: evitar la saturación de la oferta laboral y responder a las necesidades del país (debo siquiera hacer la comparacón?). La segunda frase de la cual deberían aprender los que intentan gobernar este país fue “nuestro sistema se basa en la confianza, no en el control”, han logrado preparar tan bien a sus profesionales y lograr una formación tan ligada a la responsabilidad social, que no es necesario evaluar a sus profesores, ya que creen que solo se debe realizar una evaluación cuando es para responder a un problema, a diferencia de chile que las mediciones disfrazadas de evaluaciones se utilizan para categorizar y castigar o premiar. Al ser consultados sobre financiamiento a las escuelas y su relación con resultados o asistencia (como la subvención chilena) dijeron que ellos lo veían al revés, que no podían condicionar el financiamiento a eso, ya que tanto los problemas de resultados como los de absentismo, al ser problemas, requieren de más recursos para ser solucionados.
Si algo hay que aprender de este modelo, es que se atrevieron a poner el bien común por sobre los intereses políticos, ya que entendieron que la educación era el camino para el desarrollo y crecimiento del país y que para ello necesitaban de “todos y cada uno de los finlandeses”, de ahí se desprende uno de los primeros acuerdos logrados entre los 3 sectores políticos más influyentes: La educación debe ser para todos.
No es casualidad que utilicen la palabra desarrollo, ya que han centrado la actividad pedagógica en el niño y la niña, en sus necesidades y su desarrollo pleno (teniendo redes de apoyo en casos de necesidades especiales). Tienen el sistema con menor cantidad de horas de clases, con mayor actividad extraescolar, con una valoración de la labor docente que se manifiesta también en las altas exigencias para ejercer la docencia, en cambio nosotros estamos pensando en darles más horas y más pruebas descontextualizadas.
Es importante destacar que para sostener este sistema el estado invierte en educación a nivel promedio o incluso menos que eso (6% PIB), pero no tiene financiamiento compartido o sistemas de créditos como en Chile, por lo tanto es para todos por igual, para que esto sea posible existe un “sistema tributario progresivo”, donde la gente de menores recursos tiene una carga tributaria menor y las personas de altos ingresos llegan a tener un impuesto de hasta 50%, por lo tanto no se financia la educación de los ricos con el dinero de los más pobres, si no que todo lo contrario, entre todos, solidaria y equitativamente, construyen el sistema escolar gratuito.
Es tiempo entonces de explicar la razón del título de este texto, y se debe a que mientras la experta exponía y aclaraba dudas, los parlamentarios se fueron retirando a votar un proyecto sobre la ley SEP (paradójico no?), y eso sobre la base de que la asistencia inicial era baja. Les dieron las claves del éxito, les dijeron como se logró el consenso político y cómo con un plan basado en principios de libertad, responsabilidad, confianza y cambio en el paradigma educativo, en relación sinérgica con un sistema social y económico, podría transformar todo un país, pero ellos optaron por seguir jugando al lobby y a las negociaciones. Y que podemos decir del gran ausente, el mismo ministro, que harta falta le hace mirar con atención este modelo, ya que según mi análisis, las demandas del sector estudiantil, tiene alta sintonía con la forma en la que Finlandia comenzó su exitoso proceso.
martes, 11 de octubre de 2011
La oportunidad desperdiciada:
(Ilustración de Liniers)
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