La verdad ese día llegué cansado al campus, era ya el segundo día sin dormir más de una hora de corrido y estableciendo un nuevo record de reuniones, muchas de ellas podrían catalogarse como un desperdicio de tiempo valioso, pero lo bueno del campus en toma, es que no tiene tiempos. La puerta estaba abierta, me saludó la pichu y la Antu me miró con cara de hambre (la verdad no me miró a mi, miró el pedazo de recorte que me quedaba), así que le dí un trozo y me fui al patio 1. Adentro, antes siquiera de saludarme, me preguntaron "las cabras", que si había comido, antes de poder contestar ya me tenían comiendo un plato de arroz con verduras, creo que este lugar y esta gente, es lo mejor que me puede haber pasado este año, si no fuera por estas grandes mujeres y estos grandes hombres, que ahora viven en este histórico patio y en estos momentos comparten ideas y toman sol mientras yo trago lo del plato, sin ellos, habría muerto (literalmente).
Me apoyé en un pilar, ese que está extrañamente doblado y comencé a mirar el paisaje, que parecía creado, dibujado, y la verdad, ¡era un lindo paisaje! Las chicas jugando con sus banderas, tanta gracia, tanta femineidad, una perseverancia acompañada de goce que ya lo quisiera cualquier profesor en un estudiante, esta vez, una joven lo tiene autónoma y autodidáctamente. Más allá, los chicos de diseño, los mismos que junto a todos y todas, le dieron nuevos colores al campus, estaban en su taller, dónde con su trabajo y esfuerzo, tienen sus herramientas de trabajo, sus impresoras, sus plotter, sus pinturas, todo lo necesario para crear e informar, para remecer las conciencias y dar soluciones desde su visión, a este pequeño nuevo mundo. Ellos han puesto a disposición de la comunidad bongariana, todo lo que saben y todo lo que son, son ellos los grandes gestores de esta pequeña, pero nueva universidad. En el auditorio, están las educadoras organizando la tarde infantil, ingeniando como crear espacios para los que le dan vida a nuestras vidas, a los que inspiran cada acción de esta revolución, los pequeños y pequeñas, los que vienen y los que vendrán, el futuro que les queremos dejar, es nuestra razón de luchar hoy. Lo que más me motiva de la labor de las educadoras, es su nuevo proyecto, crear un espacio para pequeños y pequeñas, que sea una alternativa a los jardines y kinder tradicionales, donde aprendan y jueguen, con el gran objetivo, que es el de nuestro movimiento también: Ser felices.
Es interesante ver, como después de todo este tiempo, hemos logrado hacer nuestra propia universidad, dónde todos nos reunimos a dialogar y construir acuerdos e ideas, donde nuestra formación se liberó de las burocracias de la nota y el financiamiento, donde dejamos de ser futuros trabajadores y comenzamos a ser personas, educadores y ciudadanos. Es gratificante, saber, que mano a mano, mente a mente, y alma a alma, hemos creado esto, todos los bongarianos y bongarianas, con todo lo que son, en su diversidad y genialidad, hemos comenzado a vivir diferente... solo queda... no despertar de este pestañeo hasta haber vivido tanto el sueño, que ya puedas seguir viviendo así al despertar.
1 comentarios:
Esta entrada ha sido publicada en la Revista CREDEULS del mes de marzo... =)
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